Cada vez la experiencia de los usuarios en los vehículos mejora. Se incorporan o modernizan elementos con distintas funciones, mediante la digitalización o llevando a cabo nuevos diseños. No obstante, existen algunos aspectos indispensables, sobre todo de seguridad, que son básicos para el funcionamiento de motos, coches, camiones… Hoy os contamos la historia de los frenos en la automoción, para poder entender como han evolucionado a lo largo de los años.
Origen: Primeros frenos de la historia
Nos remontamos a finales del Siglo XIX, cuando los automóviles, mucho más rudimentarios que ahora, no contaban con frenos de disco ni de tambor. Tan solo un cable de acero que conectaba el pedal con las ruedas traseras era el encargado de detener el vehículo. El principal problema de este método, más allá de su eficacia, era la fuerza necesaria que tenía que hacer el conductor para poder parar por completo. Además, como hemos mencionado, tan solo las ruedas traseras contaban con el detenimiento del vehículo, ya que se pensaba que de no ser así se podría volcar al frenar rápidamente.
Frenos de disco
Este tipo de frenos es el más popular a día de hoy. Todos los coches de gama media hacia adelante cuentan con este sistema y tan solo los coches más antiguos o de menor calidad emplean los frenos de tambor.
Estos se originaron en el año 1902, de la mano del ingeniero Frederick William Lanchester. A pesar del éxito con el que cuentan a día de hoy, tardaron en asentarse, puesto que al activarlos producían un ruido muy molesto. Esto fue solucionado 5 años después por Herbert Frood, quien aplicó asbesto en las pastillas, evitando así los sonidos originados por el contacto con el disco. No obstante, esto no fue suficiente para lograr que se empezase a optar por este tipo de freno y tuvieron que pasar más de 50 años hasta que se decidió apostar por ellos.
Frenos de tambor
También en 1902 se inventaron los frenos de tambor. En esta ocasión fue el americano Ransom E. Olds quien los desarrollo. Se encargó de añadir una lámina de acero enrollada en el eje trasero del automóvil.
Así, se logró una notable mejora que impulsó este sistema a la cima, siendo protagonista durante años. No obstante, acarreaba algunos fallos, ya que cada ciertos kilómetros podía desajustarse, además de una menor efectividad en las cuestas.
Frenos hidráulicos
Para contrarrestar los problemas que ocasionaban el sistema de frenos de tambor, Malcom Lougheed ideó los frenos hidráulicos. Este sistema funcionaba mediante un conjunto de conductos conductos, por los que circulaba el líquido encargado de activar los frenos de manera efectiva y con menores problemas que los de tambor. Estos tuvieron un gran éxito hasta 1939, cuando Ford dejó de emplearlos.
Frenos ABS
En 1929, Gabriel Voisin creó este nuevo tipo de frenos, los frenos antibloqueo. En un principio estaba diseñado para aviones, hasta que en 1950 se adaptó para poder instalarlo en automóviles. Igual que los frenos de disco en sus orígenes, estos tampoco tuvieron una gran aceptación y no fue hasta 1971, cuando Chrysler inventó el «freno seguro», lo que provocó la incorporación definitiva en automóviles.
Historia reciente de los frenos ABS
El diseño de frenos antibloqueo que ocasionó su implantación en un gran número de empresas automovilísticas fue el creado por Mercedes-Benz y Teldix. Concretamente estaba presente en los vehículos de clase S de Mercedes y eran frenos de cuatro ruedas multicanal antibloqueo.
A pesar de que su principal destino eran los automóviles, no tardó en desarrollarse para motocicletas y camiones. Actualmente podemos verlo en estos tres tipos de vehículo con gran facilidad.
¿Sabías acerca de la historia de los frenos? Esperamos haber podido informarte sobre su origen y como han evolucionado hasta la actualidad. ¡Nos vemos en la próxima!