Anteriormente, os hemos hablado sobre el freno de tambor, sus tipos, componentes y funcionamiento. No obstante, este sistema está algo obsoleto y en los nuevos vehículos predomina otro tipo de freno, el de disco. Pero ¿qué diferencias hay entre ellos? Hoy os contamos los principales rasgos para distinguir frenos de disco y frenos de tambor.
Frenos de disco
El sistema de frenos de disco es el más utilizado en la actualidad. Este consta de tres partes fundamentales: el disco, las pastillas y el líquido de frenos.
Su forma de actuar es muy simple: anclados a las ruedas encontramos los discos, que comparten movimiento con estas; sobre ellos se sitúan las pastillas de freno, que envuelven parte del disco, como una especie de pinza. Cuando el conductor quiere ejecutar el frenado, el líquido de frenos transmitirá el movimiento a las pastillas, que mediante fricción, reducirán el movimiento del disco y, con ello, el de las ruedas.
Tipos
Podemos encontrar varios tipos de frenos de disco: discos flotantes con pinzas fijas, que destacan por su ligereza y su durabilidad; discos ranurados con pinzas fijas, característicos de los coches deportivos, cuentan con hendiduras que evitan la acumulación de suciedad, aunque esto provoca un mayor desgaste; discos fijos ventilados con pinzas fijas, los cuales cuentan con unas ranuras internas que favorecen más aún el sistema de refrigeración, evitando un calentamiento excesivo que podría perjudicar la eficacia de los frenos; y, por último, discos ventilados con pinzas flotantes, que destacan por su necesidad de un único pistón, lo que abarata su coste y lo hace más ligero, pero lo compensa con una menor eficiencia y una peor tolerancia a las altas temperaturas.
Frenos ABS
Debemos tener en cuenta que desde 2004 es obligatoria la incorporación de frenos ABS en los vehículos nuevos. Su peculiaridad es que tan solo se pueden instalar en los frenos de disco, lo que justifica, en parte, la pérdida de protagonismo de los frenos de tambor.
Frenos de tambor
Este es el sistema más antiguo de los dos. Su estructura está comprendida con una especie de cilindro situado junto a la rueda del vehículo. Dentro de él tiene unas zapatas, que son las encargadas de producir la fricción necesaria para detener el vehículo cuando se pise el pedal del freno.
Cabe mencionar que, a pesar de la popularidad que están adquiriendo los frenos de disco, los frenos de tambor están aún presentes en un gran número de vehículos, y debido a su bajo coste, su efectividad y su durabilidad, se incorporan en las ruedas traseras de coches de menor coste.
Inconvenientes de los frenos de tambor
Son varios los inconvenientes de este tipo de frenos. El principal problema que se produce es debido a las altas temperaturas, puesto que, a diferencia de los discos de freno, los de tambor cuentan con un mal sistema de ventilación. El calor se acumula más fácilmente en ellos, disminuyendo su capacidad de frenado. Otras características negativas son una precisión limitada, una vida útil más corta, frenan de manera menos eficiente y necesitan más tiempo y espacio para detener por completo el vehículo.
Además, pueden acarrear una serie de fallos no tan habituales o inexistentes en los frenos de disco, por ejemplo, en la lubricación, en las placas de soporte, en el árbol de levas o en la válvula de relé.
¿Con cuál nos quedamos?
Parece evidente que los frenos de tambor no tienen nada que hacer con los de disco. La eficacia, seguridad y demás ventajas que ofrecen estos últimos nos hace decantarnos por ellos. No obstante, no podemos olvidar la importancia que sigue teniendo el sistema de frenos de tambor, el cual todavía esta presente en gran cantidad de vehículos, aunque por lo que parece puede recudir su presencia con el tiempo.
Esto ha sido todo, esperamos haber podido ayudaros con las diferencias entre estos dos tipos de frenos tan utilizados en casi la totalidad de vehículos. Estaremos encantados de resolver cualquier duda que os surja respecto a frenos de disco y de tambor. ¡Nos vemos pronto!